Han transcurrido sólo 3 días desde que desembarcamos. El recuerdo de todo lo experimentado se mantiene vívido, y espero que perdure por mucho tiempo. La singladura ha resultado, sencillamente, fantástica. Navegar por Grecia es siempre un reto, por sus vientos intensos en verano, y por la ausencia de puertos privados en los que refugiarse, contando sólo con escasos puertos públicos con escasa o nula asistencia. Se trata, por tanto, de una navegación un tanto "salvaje", en relación con otros lugares. Sin embargo, para los que somos también un poco "salvajes", ahí reside su encanto, también lógicamente sus peligros. Esta vez, a diferencia de alguna anterior, conseguimos sortear todos esos peligros, pudiendo disfrutar probablemente de la mejor de todas las singladuras que, hasta el momento, hemos realizado.
El barco, maravilloso. No había "gato encerrado", como temíamos por el precio tan económico. Se ve que es sólo cuestión de la crisis. Es más, la atención prestada por el personal de la compañía ( Olympic Yachting, lo decimos, pues se lo merecen ) resultó inmejorable, atentísimos y amabilísimos en todo momento. El barco, ya decíamos, nuevo, limpísimo, con todo el material completamente ordenado, con las camas perfectamente hechas a nuestra llegada, con una cesta de frutas esperando en el salón... Parecía más un hotel de 5 estrellas que un barco.
El equipo humano de navegantes, también inmejorable. Todos buenos amigos de largo tiempo atrás, gente querida e interesante, inquietos en sus profesiones, con muchas cosas que contar, generosos, absolutamente dispuestos y entregados a colaborar en las tareas de navegación y a hacer la vida agradable a todos. Uno de ellos, Alberto, artista y diseñador, incluso fue realizando un blog gráfico que actualizaba sobre la marcha cuando conseguía conexión a internet. Ahí va la dirección: https://bitacoragraficagriega.wordpress.com/
Y el tiempo, perfecto. El temido meltemi dio tregua los 3 primeros dias, por lo que finalmente acometimos la visita a algunas de las Cícladas más cercanas al golfo Sarónico, escapando hacia éste cuando comenzó a arreciar. Ello hizo el viaje más variado, pues el contraste entre Cícladas, secas y áridas, y Sarónico, verdes y arboladas, resultó muy estimulante. Como ésta no es una singladura cualquiera, transcribo el cuaderno de bitácora que fui redactando a bordo:
Como siempre, dejamos una pequeña muestra gráfica de algunas imágenes del que es, sin duda, el mejor y más bello lugar para navegar en toda Europa.
Mensaje del 10 de julio
El día 30 de este mes embarcaremos para patronear un velero por... ¡las islas griegas! Ya se encuentra todo más o menos organizado. El grupo de navegantes lo componen muy buenos amig@s, algunos de ellos ya mariner@s expertos, otros novatos que van a tener un estreno de primera, a saber:
Enma,
Susana,
Juli,
María,
Alberto,
Alvaro,
Julián,
y un servidor
De primera es también el velero que llevaremos, un flamante Bavaria 45 Cruiser... ¡nuevo de este año!, con 4 camarotes, 3 cuartos de baño y una cabina de ducha, que más parece un hotel de 5 estrellas que un velero. Pero no pudimos dejar escapar la oportunidad de disfrutar de un barco de esta categoría exactamente a la mitad de precio de lo que cuesta por nuestras tierras, para esa semana y esas fechas. Ahí van un par de fotos, para los que quieran cotillear, y el enlace a la página de la empresa que lo alquila:
El puerto de partida es Lavrio, cerca de Atenas. La ruta, como siempre, se irá decidiendo democráticamente, en función de la climatología y las ganas de la marinería. Sin embargo aprovecho para plantear cuestiones sobre estos temas, y una posible propuesta de ruta.
La primera tentación, partiendo de Lavrio, es atacar las Cícladas, sueño de todo navegante y destino de la mayoría de los paquetes turísticos. Sin embargo, hay un factor meteorológico que desaconseja la navegación en julio y agosto por las mismas, si no se quiere convertir el viaje en pesadilla: el MELTEMI. Este es el nombre del viento del Norte predominante en el mar Egeo para esas fechas que torna el mar en una batidora, creando situaciones incluso peligrosas cuando se encañona entre dos islas. Es frecuente que se lleguen a cortar las lineas de ferry entre islas. Y los ferrys griegos no son precisamente temerosos. La presencia de Meltemi es más o menos constante en esos meses, con intensificaciones que pueden llegar a durar una semana, bloqueando los barcos allá donde se encuentren. Aquí dejo algunos enlaces para profundizar en el tema:
http://www.yachtcharterinformation.com/bareboat-yacht-charter-greece.html
http://www.yachtcharterinformation.com/sailing-yacht-charter-greece.html
http://www.internationalstudentjournal.com/vnews/display.v/ART/2009/07/19/4a6304bf7f5c2
Como alternativa a las Cícladas, están las islas del golfo Sarónico, junto a la costa del Peloponeso. Entre otras, Ydra, Poros o Spetses. En ellas el meltemi es muy inferior al Egeo, es decir, un mar mucho más tranquilo y plácido, y son islas, nos consta, también bellísimas, con el recurso añadido de la costa del Peloponeso. Se encuentran marcadas en verde en el siguiente mapa:
En base a todo ello, mi propuesta es, dado que se trata de un viaje de placer y con alguna tripulación novata, dedicarnos a las islas del golfo Sarónico, yendo directamente allí. Como variante posible, si hubiese muchas ganas en la tripulación y los pronósticos de Meltemi son claramente muy favorables, ir primero a las Cícladas más cercanas a Lavrio (marcadas en rojo), para pasar no más de dos días, y después dirigirnos corriendo a las del Sarónico.